18 jul 2011

Hamsa


"Cuenta la leyenda que la bella y virtuosa Fátima -hija mayor del profeta Mahoma- estaba un día en su casa preparando la cena, cuando su marido, el imán Alí, llegó inesperadamente. Al oirlo, Fátima fue a recibirlo, sin embargo quedó fuertemente decepcionada y triste al ver que su esposo llegaba acompañado de otra bella y joven mujer. Fátima guardó silencio y, atormentada por los celos, regresó a la cocina. Inmersa en oscuros y tristes pensamientos, no prestó atención a lo que estaba haciendo, metiendo la mano dentro de una olla de aceite hirviendo. Tan absorta estaba que no sintió dolor alguno y así continuó con la mano dentro de la olla hasta que su marido entró en la cocina y horrorizado la apartó de la lumbre abalanzándose sobre ella. Como consecuencia, Fátima quedó lisiada de por vida y su padre escogió el símbolo de su mano para inmortalizar aquel suceso."