La inspiración del vestido Bab surge en Túnez, país de constrastes donde conviven las tradiciones más ancestrales y la modernidad. Este pequeño territorio, resultado del asentamiento de distintas civilizaciones (griegos, fenicios, romanos, bizantinos, bereberes, árabes, normandos, españoles o turcos...) fascina por sus estrechos y angostos callejones y por sus maravillosos y encantadores pueblos, como es el caso de
Sidi bu Said, lugar escogido por artistas y bohemios para buscar la inspiración.
Este enclave refleja la luz y el color de Túnez, el blanco y azul que nos irá acompañando a medida que nos vayamos adentrando en sus entrañas. El azul de las casas de Sidi bu Said es el azul del mar infinito y del cielo abierto y luminoso...
Una de las maravillas de este pequeño pueblo son sus puertas, de todos los colores y ricamente decoradas con símbolos ancestrales. La decoración se realiza sobre madera con remaches metálicos cumpliendo una doble funcionalidad: la decorativa y la de ahuyentar de las casas los espíritus negativos.
Puerta de Sidi bu Said (Túnez)
El vestido Bab se inspira en el trabajo de esos artesanos que dan lugar con sus manos estas pequeñas obras de arte. La pieza, realizada en tejido de lino con aplicaciones de cuero, está bordada en una variante de punto mallorquín con lana roja y verde, bebiendo de los trazados decorativos de las puertas del poblado.
Marcado del dibujo sobre el tejido para
realizar posteriormente el bordado.
El aspecto final de este vestido, perteneciente a la colección Les Djinns de Iván Ferrero es el siguiente:
